Los yaracuyanos no bebimos del Leteo

En la mitología griega, que figura en La Republica de Platón, Leteo es uno de los ríos del Hades. Beber de sus aguas provocaba un olvido completo. Algunos griegos antiguos creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas.

Pero los yaracuyanos que habitamos sobre un pedazo del planeta Tierra y que llevamos el gentilicio desde el 19 de marzo de 1855, aunque el actual gobernador de Yaracuy Julio León, quiera despojarnos de nuestra fiesta publica, no bebimos el agua del Leteo.

Y es justo, este el objetivo del decreto firmado por el gobernador en febrero del 2009, que perdamos parte de nuestra historia, al pretender bajo el poder que le confiere la Constitución estadal, modificar la fecha de nacimiento de Yaracuy.

Yaracuy nace por un decreto firmado un 19 de marzo y ahora el mandatario Julio León, pretende modificar la fecha por el 28 de marzo cuando Ezequiel Zamora en su paso durante la guerra federal, cambio de categoría a la recién creada provincia que era la unidad político administrativa de la época, a estado.

Cuando Zamora llego, ya existía un Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, un presupuesto asignado, un mapa, una población, unos límites.

¿Y qué hizo Zamora?

¿Dónde está la documentación firmada de puño y letra de Zamora que cambia de provincia a estado?

Un gobierno debe ser para dar tranquilidad a sus habitantes y no crear dudas, incertidumbre, zozobra solo por capricho. Y eso es lo que ha generado la postura del gobernador.

Y ante tanta desesperación pues a estas alturas ya debe darse cuenta del error que cometió, manda a declarar a sus funcionarios que ya no encuentran que decir en un discurso agotado, sin fundamentos.

Además la publicidad es avasallante, como un pueblo que somos todo el día anda un camión con un equipo de sonido que contamina las calles tratando de hacernos creer que el día que nació Yaracuy es el 28 de marzo, a eso ha llenado la avenida Libertador de afiches del general Zamora, otrora usurero y esclavista.

Y junto ante esta publicidad en radio, prensa, televisión, calles, música, nada de lo intelectual.

Los debates de altura, foros con varias personas como debe ser no con una sola y donde el ponente es él y con documentos en mano, brillan por su ausencia, lo cualitativo no vale.

Según el gobernador, es una fiesta; pero el debate de ideas está ausente.

Y como hoy todo se mide, la asistencia de la gente significa mucho; pero los yaracuyanos no bebimos agua del Leteo y nuestra memoria histórica, apegada a una realidad incuestionable y documentada, sigue viva.