Todo sudoroso montado
a caballo logramos alcanzar al General Ezequiel Zamora a su salida de la
ciudad de San Felipe el 29 de marzo de 1859, hizo un alto junto al ejercito de
unos pocos hombres para atendernos.
-Desde su entrada por
Coro ¿Ha puesto en práctica los postulados del Partido Liberal?
-Claro, eso fue lo que nos propusimos cuando nos reunimos en
Caracas en 1958, allí el General Falcón propuso que la columna vertebral fuera
la doctrina federal, aunque en la época de formación del Partido reclamamos el cumplimiento de la Constitución
de 1830.
-¿Pudiera indicarnos
¿Cuál fue la estrategia desde esa fecha para el alzamiento?
-Bueno, en esa reunión presidida por el General Juan
Crisóstomo Falcón, se nombraron para
cada provincia unos centros y en ellos al frente estuvieron que me acuerdo en
Yaracuy a Agustín Rivero, Antonio Salón, eso nos permitió que cuando llegáramos
fuera muy fácil hacernos del gobierno y por supuesto serian ellos los nombrados
como primera autoridad. Le cambiaríamos el nombre a estados, habría descentralización administrativa,
tribunales propios e independientes. Es decir esa era el centro del programa.
-¿Cómo le fue en San
Felipe?
- Bueno, como le dije aquí habían unos centros ya formados en
forma clandestina por supuesto, y cuando llegamos fue fácil. En primer lugar la
unidad del Partido Conservador se había facturado, en Yaritagua porque ya se
avecinaban unas elecciones y el gobernador Isava aspiraba a la relección pero
en la junta electoral había gente del contrario y los
sustituyo y eso trajo malestar.
A tal punto, que la
gente se alzó y amenazaba con unirse a la provincia de Barquisimeto y cuando
llegue todo fue fácil.
Allí nombre a los que fueron jefe de centros como primeras
autoridades en una reunión que se hizo en la plaza, por supuesto que todo
preparado, lance una proclama para animar a la gente y ahora me voy.
-¿Pudiera repetirnos lo
que dijo?
"Occidentales: yo obedezco al movimiento con que me
honráis; hijo del pueblo e idólatra de la libertad, yo me hago un deber con
vosotros; yo os ofrezco el sacrificio de mi existencia si fuere necesario, para
restablecer la República, para plantar la Libertad, para hundir los tiranos.
Compañeros y
amigos:
Yo me siento con suficientes fuerzas para afrontar a los
tiranos, me las habéis dado, me las comunicáis con honrarme con vuestra
confianza, escogiéndome como otros para la gran empresa de la libertad.
Compañeros y amigos:
Vosotros me abrumais de gratitud, y me empeñare en hacerme
acreedor à los poderes que me otorgais. Yo no veré obstáculo en la marcha
gloriosa de vuestras armas, proscribiendo la palabra IMPOSIBLE cuando se trata
de la FEDERACION DE LIBERTAD, Por donde quiera, yo os aseguro, vosotros
encontrareis los soldados de la gloria, eclipsando las grandes acciones de los
Griegos y los Romanos, cuando se sacrificaban por la Patria y por los Dioses.
¡Soldados de la Federación!
La suerte de las armas nos acompaña, o mejor dicho, la razón
de nuestra causa nos prepara el camino de la gloria y nos ofrece un nombre en
la posteridad.
Acabáis de batir y poner en fuga vergonzosamente a los que
osaron contestar con el grito de guerra a la voz dulce y consoladora de
FEDERACION; dígalo si no La Boca del Yaracuy, las playas del Palito y la ciudad
de San Felipe, del 22 al 27, en solo cuatro días, tres acciones y tres
victorias. El 22 de los corrientes encontramos al enemigo enseñoreándose en La
Boca de Yaracuy, fiado en lo exquisito de una posición militar, pero a los
primeros tiros de nuestra valiente, y al ver cómo pasan el rio sin auxilio de
canoa y con el denuedo de hombres libres abandonaron sus posiciones dejando
algunos muertos y elementos de guerra.
En El Palito se detienen los enemigos, luchan atrincherándose
en las casas, pero cuando viene el día y vuelven nuestras tropas à la carga,
huyen despavoridos, según tienen de costumbre.
Ellos dejan en completo desorden los tristes restos de los
seiscientos soldados, sus armas, sus caballos, botan los equipajes no pueden
con las insignias, abandonan sobre las riberas del mar la rica bandera que
flameaba entre sus filas; esto sucede en la noche del 23 y 24.
El 28, ayer a las cuatro de la tarde, entramos en esta
ciudad, y los habéis visto como dejan el campo à los primeros fuegos,
entregándonos sus municiones, sus armas, sus caballos y sus soldados.
¡Pueblos de Occidente!
Ha llegado el momento de vuestro pronunciamiento: proclamad
el evangelio práctico de los principios políticos. La igualdad entre los
venezolanos, el imperio de la mayoría, la verdadera República, de la
Federación. El ejército federal será la vanguardia de esta cruzada de gloria.
Triunfará la bandera de la Federación o me veréis sucumbir bajo las bayonetas
del centralismo de la tiranía.
San Felipe
29 de marzo de 1859.
Ezequiel
Zamora
-¿Cuál fue el cambio?
-Nada, estamos en guerra, en contra de lo que dice la
Constitución de 1830, la aspiración es que si triunfamos, haya cambios. Además
que podemos cambiar entre ayer y hoy, cambiamos de nombre del territorio de
provincia a estado, y de autoridades que son nuestros aliados del Partido, lo demás sigue igual los limites, la gente, el presupuesto porque no manejamos
las finanzas.
Muy triste quedo el general Ezequiel Zamora, cuando le dije
que el estado Coro y el de Yaracuy tendrían solo unos días de vida, pues las
tropas centralistas en unos días se harían de nuevo del gobierno.
Bueno general muchas gracias por el tiempo. Al alejarme, un
jinete a caballo se me acerco y en un susurro me dijo, - Mire esa proclama que
le acaba de decir el general no la hizo el, se la redacto mi coronel Felipe Guerra
No hay comentarios:
Publicar un comentario