San Felipe en la quinta década del siglo XIX, continúo con su categoría de ciudad otorgada
por el rey de España en 1729. Ya superado los estragos del terremoto de 1812,
el paso de Domingo de Monteverde, de la nueva ciudad apartaron el Fuerte y se
quedó San Felipe, a secas.
Amplias casonas
poblaban las calles, en esta República, nacida alrededor de 1830. A su
alrededor, florecían plantaciones y haciendas, tenía muy pocas industrias
adecuadas a la época y el comercio era prospero, resultado de las
importaciones.
Y como consecuencia de
estos sectores productivos debían de pagar elevados impuestos Al gobierno de la
provincia de Barquisimeto, al cual se inscribía este cantón del valle medio, desde 1832.
Los habitantes, se
quejaban ante los Diputados, uno de ellos José Joaquín Veroes, por el mal
estado de las vías de comunicación, que no permitían una comunicación
fluida; los servicios de salud y de
educación.
El malestar cada día
crecía y un periodista de la época,
Pedro Pablo Guedez, desde el semanario “El Yaracuyano”, empezó alentar la idea
de separarse de Barquisimeto. Sentado en un sillón, lo encontramos, revisando
el ejemplar que llevaría al otro día a
Valencia, ciudad donde se editaba.
¿Por
qué siente la necesidad de separase de Barquisimeto?
-Quienes vivimos en San
Felipe, vemos que se nos retribuyen los impuestos que pagamos. De aquí salen
productos agrícolas más que de Barquisimeto y sus pueblos porque aquello es un
peladero de chivo, y ellos tienen de todo y nosotros no.
¿Usted
siente que hay equilibrio?
-No, hay mucha
desigualdad entre ellos y nosotros, a pesar que estoy seguro que nosotros contribuimos
más que ellos
-¿Y
cree usted que puedan lograr la separación?
-De creer, creer no
estoy seguro pero estamos haciendo el intento, ya hicimos una petición al Congreso, pero
el gobernador no está de acuerdo en que nos separemos de
Barquisimeto. Estamos a la espera.
¿
Y cuál es su contribución?
-Desde el periódico
escribo y digo las cosas para que la gente se entere. Pienso que si se crea
otro territorio, podemos tener nuestras
propias autoridades y no pagar impuestos allá, sino que se quedaría
aquí.
Pedro Pablo Guédez, dirigió
“El Yaracuyano”, editado en Valencia en la imprenta de Luis Pérez. Hacia 18 55
el dueño y la imprenta llegan al cantón San Felipe y el periódico seguía
circulando justo hasta después del nacimiento de Yaracuy.
En su honor el Concejo Municipal de San Felipe creo el “Premio
municipal de periodismo Pedro Pablo Guedez”, que durante administraciones pasadas cambiaron el nombre.
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